«𝘼𝙢á𝙣𝙙𝙤𝙩𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙨𝙚𝙧 𝙚𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙧𝙚𝙣𝙙𝙚𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙣𝙩𝙧𝙚𝙜𝙖𝙨 𝙚𝙨 𝙚𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙖𝙣𝙝𝙚𝙡𝙖𝙨 𝙫𝙚𝙧 𝙛𝙡𝙤𝙧𝙚𝙘𝙚𝙧 𝙚𝙣 𝙩𝙞.»
Amándote desde mi ser
El mayor trabajo que tenemos, y a su vez el más grande, es ser conscientes de lo que realmente somos. «Amándote desde mi ser» es una serie que te llevará a comprender el gran mandamiento en el que Jesús dice:
«Ama a tu prójimo como a ti mismo.» — Marcos 12:31
Amar a tu prójimo como a ti mismo. El mandato es «a ti mismo», por ello, aquí el asunto, no son los otros, sino Tú.
Amar desde el ser es reconocer la base de ese amor. Cuando nos enseñan a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, lo primero que nos están inculcando es definir cómo nos amamos a nosotros mismos para, desde allí, poder dar.
«Amándote desde mi ser» te lleva a comprender el mecanismo de la vida: cuando le das a otro, en realidad te estás dando a ti mismo. Es entender que lo que tenemos por dentro, lo que sentimos a través de nuestras células, genes y toda nuestra alma, es la manifestación de nuestra conciencia. Y esta conciencia, al proyectarse como una con la unidad, el Creador, solo expresa una forma más de amar.
Dar amor no es algo que el otro necesite, sino algo que necesitas tú. Cuando expresas al otro la forma en que lo amas y lo cuidas, solo estás expresando, desde tu ser, lo que haces contigo.
No podemos amar sino de una sola manera: como nos entendemos y nos apreciamos a nosotros mismos.
Sin embargo, la dificultad que ha tenido el ser humano es que esperamos del otro algo que ya está en nuestro propio centro.
Esperamos del otro aquello que debemos hacer florecer en nosotros.
Las parejas y la complementariedad
Las parejas vienen a complementarse, la dinámica con las parejas tiene justamente este sentido: el de poder ver en el otro lo que a mí me falta y buscarlo A través de lo que necesito que él me dé y el otro al ser parte de tu complemento solo te va a dar aquello que va a dar equilibrio en tu vida , cuando se mira así se me da una manera muy equilibrada.
A ver lo voy a explicar de otra manera, cuando necesitas el comportamiento del otro, lo que realmente estás necesitando es suplir algo que te falta y que esa persona refleja, Y esto se debe a que de acuerdo a nuestro diseño divino el alma de tu pareja trae una energía que complementa la tuya. Y al complementarla, entrega a tu alma ese equilibrio que anhela.
De allí que, al no tener aquello que me hace falta y esperarlo del otro, es donde viene la desilusión y la frustración.
La gran dificultad del ser humano es, justamente, no Tener la claridad de Cómo funciona el ser humano o De qué manera fue diseñado para vivir. Quizá te preguntes, ¿qué somos?
Lo que realmente somos es una creación hecha solamente para que el gran Creador se recree a través de nosotros. Y esto lo puedes entender porque al ser hecho a imagen y semejanza de Dios tú te comportas tal cual como es Él por ello cuando creas algo, lo creas para disfrutarlo, para recrearte con ello.
«Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por siempre. Amén.» — Romanos 11:36
Esta cita nos lleva a comprender por qué las cosas las hacemos para nosotros, y que lo que esperamos de los demás siempre tiene que ver con nosotros. Lo que buscas en el otro es lo que debes hacer florecer en ti. Cuando florece algo en mí, me apoyo en la energía del otro, que es quien me estimula, por esto es que repito nuevamente La pareja viene a Estimularnos. Trae una energía que, al complementarse, sobre todo cuando la intimidad se comparte, se convierte en un acto de sanación,ya que lo que te aporta es lo que se incorpora a tu vida de allí que se debe tener mucho cuidado con quién se comparte nuestra energía sexual.
«Amándote desde mi ser» es reconocer que necesitamos a alguien a quien amar, pero lo necesitamos amar no porque él nos necesite, sino porque nosotros necesitamos aflorar algo que esa persona, pareja, hijo o amigo nos llevará a expresar. Por ello, la clave es entender que el amor que le damos al otro tiene que ver con algo que nos falta y que, cuando amamos a alguien incondicionalmente, es cuando terminamos aceptándonos como somos.
El amor incondicional es simplemente amar sin condiciones. Esta forma de amar no es otra que la de darnos a nosotros mismos lo que queremos recibir. Cuando amamos sin condicionamientos, entendemos que lo que sentimos, lo que somos, es lo que realmente necesitamos entender.
Pero el amarte a ti mismo, no es algo que puedas lograr con conocimiento propio, solo se logra como se logran las cosas y nosotros, cuándo es un espíritu que entregado por Dios nos revela toda la verdad. A esto se debe que el apóstol Pablo cuando oraba por los hermanos solo pedía que les fuera entregado un espíritu de sabiduría y de revelación
«Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor.» — Efesios 1:17
Esto no es por necesitar un conocimiento externo de Dios, sino porque, a través de conocer a Dios, nos conocemos a nosotros mismos. El conocer a Dios Es la única forma de conocernos. Es algo muy simple si fuiste hecho a imagen y semejanza de Dios, entonces conocerte a ti tiene que ver con el hecho de conocer a Dios
El Origen del Ser
Te has preguntado ¿Por qué será que necesito de otro para poder encontrarme a mí mismo? ¿Por qué es otra persona viene a ser lo que me mueve a descubrirme? ¿O por qué me es necesario constantemente interactuar con otros? La respuesta está en nuestra creación, veamos
Y el SEÑOR Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea. Y el SEÑOR Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre. Y el hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo, mas para Adán no se encontró una ayuda que fuera idónea para él. Entonces el SEÑOR Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que el SEÑOR Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. — Génesis 2: 18 al 22
Esta ayuda idónea no se refería a una compañera para los quehaceres, sino a aquello que lo impulsara a vivir. Y eso que me impulsa a vivir solo está dentro de mí. Dios no creó algo fuera de sí mismo Pues ya todo lo que le había presentado no fue suficiente para ser de ayuda idónea para el hombre. Por ello sabiendo lo que había creado, entonces tomó de su propio cuerpo es decir, de su propio ser, para que entonces fuese estimulado actuar. De allí entendemos el porqué todo lo que tú necesitas siempre está dentro de ti
Así que ama a los demás, pero ahora comprende, que ese amor no es para ellos, sino que sigue siendo para ti.