Génesis 2:15 al 17 “Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás”
Al Dios originar al hombre a su imagen y semejanza, y colocarlo en el lugar que sería su hogar, conocido como el Huerto del Edén, le estableció una ordenanza: No comer del fruto del árbol, del conocimiento del bien y del mal, que estaba en medio del huerto; advirtiendo que el día que llegase a comer sin dura moriría.
ESE FRUTO NO FUE CUALQUIER COSA
Pero …… ¿Qué contenía este árbol que causaría la muerte del hombre? Si era un árbol más dentro del huerto!. El Espíritu Santo, que es quien revela todo este estudio, al preguntar sobre la esencia de este fruto, me detiene a observar la ubicación de este árbol; que de acuerdo a lo encontrado en
Génesis 2.9 “… asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
El árbol fue ubicado en medio del huerto, es decir, que desde donde estuviera parado el hombre se podría ver¡ No obstante, esta ubicación, no fue hecha porque se verían bonito o porque los árboles eran muy grandes y era el sitio ideal para ellos, NO! Pues las cosas originadas por Dios tienen un fundamento espiritual y un propósito.
Proverbios 16.4 “Todas las cosas hechas por el SEÑOR tienen su propio fin, aun el impío, para el día del mal”
Entonces, el sitio tuvo su significado. Estar en el centro del huerto representaba que su fruto daría alimento al corazón del hombre; y siendo el corazón de donde mana la vida, este fruto causaría la muerte de esa vida que se encuentra en nuestro corazón.
Proverbios 4.23 “Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida”
Las pruebas de esta muerte que fue en el corazón, o digamos espiritual, se evidenciaron de manera inmediata cuando no más consumieron de ese fruto. Esto lo podemos ver en:
Génesis 3: 6 y 7. “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”
LA ESENCIA DEL SER TRANSFORMADA CON UNA MORDIDA
Lo que había generado en el corazón del hombre este fruto fue su muerte espiritual, sabemos que no fue física, de eso ni hablar, fue sin duda espiritual. Observemos a detalle lo que describe este versículo al respecto y que me lo enseña el Espíritu Santo. En el versículo 6 se detallan 3 aspectos importantísimos para comprender de lo que contenía este fruto.
- Que era BUENO PARA COMER
- Que era AGRADABLE A LOS OJOS.
- Y que era DESEABLE PARA ALCANZAR SABIDURÍA.
Analicemos, al ser bueno para comer, nutria el cuerpo (lo físico), al ser agradable a la vista, alimentaba el alma, y al ser deseable para obtener sabiduría, alimentaba el espíritu. En otras palabras, este fruto alimentaba losjustify; text-indent: 20px;3 aspectos de los cuales el hombre está hecho. Cuerpo, Alma y Espíritu.
Es notorio que este fruto no era cualquier cosa, y al tener el poder de alimentar esos 3 aspectos de los que está hecho el hombre, era como una bomba nuclear que motivo a la mujer, luego del engaño, a tomar de él y consumirlo. Continuemos, en el versículo 7 dice que sus ojos le fueron abiertos y conocieron que estaban desnudos. Es evidente que esta apertura de ojos no se refería algo físico, ni siquiera es de imaginar, lo que señala, es el cambio en su interior, o lo que es lo mismo, a lo espiritual.
Dice que CONOCIERON, es decir, que tenían un nuevo concepto. Este árbol al ser del CONOCIMIENTO, lo que aportaría es justamente CONOCIMIENTOS, y sabemos que partiendo del concepto que tenemos de algo, actuamos. El nuevo concepto en este primer hombre y mujer fueron de sí mismos, de sus cuerpos, conocieron la desnudez como lo primero que brotó de su interior, y debido a ello cocieron hojas de higuera y se hicieron delantales.
Ahora bien, esto no queda allí, para entender lo que realmente contenía ese fruto, y de su importancia para el entendimiento de lo que entró en el hombre, el Espíritu Santo me detiene antes de avanzar y me dice.
Deisy, mira con detenimiento. Lo que observo la mujer en el fruto tiene el orden de Cuerpo-Alma-Espíritu. Pero el resultado luego de comer el fruto fue al contrario, es decir, Espíritu-Alma-Cuerpo. Y de esa misma manera ese fruto que se sembró en Adán ha afectado siempre al hombre, la contaminación del hombre siempre es primero en su Espíritu, luego en su alma y de último se refleja en el cuerpo.
Y sí, miré con detenimiento y vi, dice que se le abrieron sus ojos, (en lo espiritual) y conocieron que estaban desnudos (en su alma) y conocieron hojas de higuera y se hicieron delantales (en su cuerpo)