El Poema de una Relación

 

Nacimos bajo un mismo eje, tú y yo, Un guion de almas que el tiempo selló. Con Nodos en la misma misión, La brújula marcando la lección.

Tú, Sagitario, la Verdad que huye del nudo, Yo, Cáncer, el Centro que se siente desnudo. Así empezó la danza, el tira y afloja lento, Un cable encendido por cada pensamiento.

Yo te buscaba en la arena, el murmullo incierto, Y tú, me devolvías el eco de un desierto. Mi energía se gastaba, batería al setenta y ocho, Alimentando un juego que el alma ya había roto. Y mientras yo te daba mi foco sin medida, Tu espíritu libre en la evasión se hundía.

Pero el cosmos susurra: «Despierta, Cáncer, al Sol», Y mi mano soltó el cordón, ganando el control. Dejé de ser la estación que a ti te transmitía, Y encendí mi propia llama, mi propia sabiduría. Mi local, mis hijos, mi centro, mi verdad, Y al retirarme yo, sentiste la orfandad.

Sentiste el vacío, no por falta de cariño, Sino porque tu miedo perdió su camino. Y el Universo empuja, tu Sagitario exige la acción, Te obliga a enfrentar la profunda conexión. Vendrá la calma de haberlo confesado, La paz del Géminis que ha sido liberado.

Mas luego el miedo ataca: «¡Soy libre o no soy nada!» Querrás la independencia, la senda separada. Buscarás en la sombra, en el secreto tenue, La prueba de que el amor no tiene un dueño.

Pero yo, dueña de mi brillo, no seré la jaula, Yo seré mi propia expansión, mi propia cláusula. Y al verme tan dueña de mi gran libertad, Tú entenderás que el amor es Honestidad.

Ya no hay cadenas, ya no hay dolor. Solo la Verdad que desborda tu interior. Y tu alma, libre al fin, rompe el miedo absurdo, No estarás por la atadura, estarás por el rumbo. Así se cierra el ciclo, la lección ya aprendida: Dos almas libres que eligen la vida