• Vibración
  • Creación
  • Manifestación
  • Marco de Referencia
  • Frecuencia y Amplitud

Cuando tenemos una idea, una que simplemente llega a nuestro ser sin saber de dónde, nuestra primera reacción para proyectarla al exterior es usar la palabra. Sin embargo, la palabra no es solo un conjunto de símbolos o de letras que pronuncias. Puedes ver la palabra «amor» en varios idiomas, pero si no tienes un marco de referencia, si no sabes lo que esas letras significan, no tienen sentido para ti. No pueden emitir un valor creador porque no tienen un significado.

Las palabras tienen tres aspectos importantes que deben considerarse:

  • Frecuencia: La emoción que le colocas a esas letras. No es lo que dices, es lo que sientes.
  • Amplitud: El tono de voz o el canal que utilizas para emitirlas. La palabra es un conjunto de elementos que le dan un sentido a las letras, y que vienen acompañados primero de un marco de referencia.
  • Marco de Referencia: Tú, el lector o el oyente. Tu contexto le da sentido a la palabra. Cuando lees un libro, le das el tono. Cuando ves una valla publicitaria, sabes que es para un mensaje comercial. Sin saber su origen, la palabra en sí misma no tiene valor.

Por eso, la palabra crea en un conjunto de cosas: frecuencia, amplitud y tu referencia personal.

 

El Poder de la Palabra en la Creación

 

En el área del coaching, es importantísimo entender que a una persona no se le puede pedir que repita algo por repetirlo. Si esas palabras no tienen un significado en su vida, si no hay una intención en su corazón, no crearán nada. Jesús lo dijo en Marcos 11:

«Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.»

La palabra se convierte en una orden. En Génesis 1, Dios usó su voz para crear.

Génesis 1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Génesis 1:6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

Génesis 1:9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

Génesis 1:11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

Génesis 1:14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

Génesis 1:20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.

Génesis 1:24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Al ser hechos a su imagen y semejanza (Génesis 1:26), nosotros también creamos a través de órdenes. Cuando dices «yo todo lo consigo» o «la vida funciona de esta manera», estás dando una orden, no un simple concepto.

Es vital entender que la palabra crea, pero desde el marco de referencia, la frecuencia y la amplitud con la que se dice.