El conocimiento de nuestro origen y lo que ocurrió en el primer hombre es tan esencial, como el saber el papel que cumples como hombre o mujer.

La separación de Dios nos ha traído tantos, pero tantos inconvenientes, que es, en resumidas cuentas, lo que ha generado tantas miserias.

En el siguiente escrito, que encontrarás a continuación, expongo esa parte de la Historia tan esencial que todos debemos conocer y comprender. Saber qué sucedió conmigo al ser creado y luego qué sucedió, para que tan maravillosa creación hoy quede ajena a Dios; es algo que se requiere conocer para también conocernos. Te invito a que reflexiones sobre este tema, realmente es fundamental conocerlo. Es tan pero tan esencial. Pienso que se nos debió enseñar esta historia desde nuestra infancia, antes de enseñarnos las vocales. No obstante, lo que más me importa de esta historia, más allá de lo que se enseña en cualquier lugar, es conocer qué sucedió en mí que me llevó a sentirme ajeno.

Hoy 29 de julio de 2022, cuando me dispongo a continuar con esta bella revelación dada por el Espíritu Santo, mi GUÍA personal, me detuve a leer este texto bíblico que cito a continuación.

NO FUI EL MISMO

Génesis 8: 3 Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto.

Después de que se cubrieran con una hoja de higuera, lo que se registró a continuación fue que escucharon al Señor Dios caminando en el Huerto durante el fresco del día, y al oírlo, se escondieron.  En Adán y su mujer ocurrió algo tan importante que los llevó a tener una actitud completamente diferente, lo que originó ese fruto en su ser, los transformó a estos primeros hombres en algo ajeno a Dios, es decir, separados de su creador.

El Espíritu Santo me muestra que el miedo que tenemos hacia Dios es una herencia que nos dejó Adán. Ahora comprendo que para orar, que para hablar con Dios de la manera como él desea que lo hagamos, es fundamental conocer lo que somos, saber de dónde venimos y entender el origen de nuestro temor.

El Apóstol Pablo lo expresó a los Romanos 

 

Romanos 8:15 Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre.

El apóstol Pablo conocía la consecuencia que se padeció en la humanidad después de que Adán consumiera del árbol del fruto del conocimiento del bien y del mal. Él fue llamado por Dios y le fue revelado el origen de la maldad que habitaba en él y en todos los seres humanos que habitamos en la tierra.

La gracia de Dios, a través de Jesús, de sus emisarios, de sus profetas, de los dejados en el nuevo testamento, nos invita a todos a que nos sintamos realmente como sus hijos. Y que nos comportemos de la manera en que Adán lo hizo en el huerto del Edén antes de consumir el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Es muy importante que se comprenda que lo que generó Adán fue un sentimiento de temor debido a que tenía dentro de sí el conocimiento de lo bueno y lo malo, y que además lo transmitió a toda la humanidad.

Pero sigamos revisando la escritura a ver qué más ocurrió en el huerto del Edén luego que Adán consumiera del fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal y que hoy por hoy afecta nuestras vidas.

Génesis 3:9  “Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?”

Al leer este pasaje, mi guía me detiene y me muestra que aunque Adán ya tenía en su ser el resultado de haber comido del fruto, es decir, que estaba la maldad dentro de él, este hecho no eliminó la comunicación de Dios con el hombre; no fue algo que desapareciera, sino que el Señor Dios seguía comunicándose con Adán.  Al preguntarle a Adán dónde estaba, y que este le podía oír.

Es sumamente importante comprender que, al igual que Adán podía comunicarse con Dios y Dios podía hablarle a él, nosotros también podemos hacerlo sin pensar que no seremos escuchados o sin creer que no nos puede hablar. Esto es fundamento para comprender lo que es la oración. La comunicación entre Dios y el hombre no se terminó; todo se debió al hecho de lo que sintió Adán y tú, al igual que tu ascendencia.

Veamos qué sucedió a continuación y qué respuesta le dio Adán a Dios una vez que este le preguntó dónde se encontraba.

 

RECONOZCO MI TEMOR

Génesis 3:10 “Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí”

Este temor que acabamos de describir tuvo un origen, Adán manifiesta que el miedo que tuvo es debido a que se encontraba desnudo. …… Pero por Diiioooos sí siempre estuviste desnudo!!!… porque ahora sienten temor por algo que siempre existió, por algo que siempre estuvo; la desnudez estaba con ellos desde siempre!!!!. 

Sin duda alguna fue tan fuerte, tan grande lo que ocurrió en el interior de Adán y su mujer, qué lo llevó a percibir las cosas diferentes, sentirse avergonzado, sentir miedo o temor por lo que es en sí mismo, habla de la muerte qué tendría Adán si consumía del fruto como lo advirtió el SEÑOR Dios.

Génesis 2:  17 “…porque el día que de él comas, ciertamente morirás”.

 Esta era la muerte a la que se refería Dios, ya no era como él, ya no se sentía como Dios, se sentía avergonzado de sí mismo, luego de estar tanto tiempo desnudo sintió vergüenza de ello. El Espíritu Santo al mostrarme este punto me hace hincapié en qué la vergüenza que sintió Adán no fue por un reproche que le haya hecho Dios a él, sino que es algo que nace de Adán, es algo independiente a Dios, este hombre creado a la perfección sintió vergüenza por algo que nace en su interior. Este es otro punto crucial y se suma importancia para entender sobre la oración. Debes saber que no es Dios quién nos reprocha, que no es nuestro creador quién nos discrimina, que somos nosotros mismos los que de acuerdo a lo que consideramos como bien o mal, lo que ponemos un límite a Dios hacia nosotros. El apóstol Pablo, cuando escribió a los Romanos, y conociendo profundamente sobre este sentir que tenemos, lo expresó:

Romanos 8:1  “Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu”

Sobre esta condenación esteré compartiendo en la sección de la VERDAD. Comprender que no tenemos condenación es de gran relevancia para conocer lo que somos en Dios y sobre todo de la confianza necesaria para llevar una vida oración